domingo, 20 de diciembre de 2020

Plerosis

Velas encendidas, faroles engalanados de colores, música festiva, pólvora ardiendo, viandas autóctonas haciendo su agosto: para unos, arepas fritas y carimañolas; para otros, buñuelos, natillas y hojuelas. Las reuniones familiares están a la orden del día, los amigos también buscan un pretexto para cantar juntos "...dulce Jesús mío, mi niño adorado, ven a nuestras almas; ven, no tardes tanto...". Siempre hay un motivo para encender esa vela, un motivo para agradecer, un motivo para añorar. El olor de la cera de las velas se mezcla con el rocío de la madrugada en la costa, o se mezcla con las frías noches del interior del país, en todo caso, el calor de las costumbres irrumpe hasta el más frío resquicio de nuestra hogar.

Pero este año todo fue diferente. No nos pudimos reunir como de costumbre a compartir, a vivir los sonidos, olores y colores de la Navidad. Es una Navidad que, para muchas familias, les recuerda la ausencia de un ser querido, o porque el Covid lo hizo partir o porque la pandemia los separó. Es un año de distancia, de angustias y miedos; es un año en que tantas tantas personas, de una u otra manera, sufrieron.  Así que, si hoy estás leyendo este blog, dale gracias a Dios por el milagro de la vida, por el milagro de compartir con tu hijo, nieto, esposo, esposa, amigo, amiga.

Para mí, hoy es un día especial. Hace un año que estoy en el tratamiento para la esclerosis, con esa inyección que me manda a la lona un fin de semana entero.  Y la verdad, creo que es el momento para compartirles algo de lo que he aprendido con esta dosis quincenal.  El miedo acompaña a lo incierto, para nadie es un misterio,  pero lo cierto es que el miedo se puede vencer si se acepta lo que nos toca vivir.  Como dice Desmund Tutu, la persona que tiene coraje no es aquella que no tiene miedo, sino aquella que vive, que actúa, a pesar del miedo.  Y, como todo camino, lo único que podemos hacer es enfocar nuestra energía en dar el siguiente paso. Con frecuencia, me preguntan hasta cuándo me pondrán la droga y, como no lo sé y los médicos lo ven que es para largo, les respondo que los médicos dicen que para siempre, pero que yo no lo creo. Por lo tanto, la pregunta es cómo decido enfrentar el reto quincenal. Y aquí viene  el segundo gran aprendizaje de este camino, y es que el dolor es una puerta que puede resignificarlo todo,  que te vuelve más consciente del sentirse bien y a plenitud; por tanto, cuando me siento bien, exprimo los días hasta su última gota. El dolor es el maestro para enseñarte que, a veces, es inevitable,  pero que puedes darle un sentido a esos 72 días al año que debes estar recluida, acostada, superando la fiebre y el malestar. ¿Me preguntarán si abatida? La respuesta es que no. Como buen maestro, me ha hecho comprender el gran poder que tenemos en nuestro interior; el gran poder de la mente para llevarnos de paseo al mar, a escucharlo, a olerlo, a ver su serenidad en la madrugada, mientras mi cuerpo combate la fiebre, el dolor y el insomnio. 

El poder de pensar en el otro  fue, para mí, revelador. Entonces, cuando me siento mal, pienso en tantas personas en hospitales, cuidados intensivos, discapacitadas, en tratamientos invasivos, trasplantes que también, como yo, deben enfrentar el reto de superar el dolor. Lo que he aprendido es que el quid está en no pelear con el dolor, en aceptarlo, y utilizar esos días para pedirle a Dios por las personas que tienen pruebas más fuertes que las que yo vivo. Es quitarle el foco a mi malestar y relativizarlo frente al dolor de los demás. 

Y este año, sí que ha estado lleno de historias anegadas de lágrimas. Por tanto, siempre he estado bien entretenida. Si pienso que es una pérdida de tiempo, lo es. Si pienso que esos 6 días al mes son una escuela para que mi corazón se sintonice con el dolor del otro, es un gran regalo. 

El tercer aprendizaje es: si pienso que me va a dar duro la aplicación, me da tres vueltas. Así que la mejor amiga y aliada para esta prueba soy yo misma. Si me considero víctima, le doy el poder a mi alter ego para que cave la tumba, aún estando viva. Si decido vivir, debo exiliar todos los pensamientos que me obligan a pensar que estoy enferma. Como me dijeron en unas de las primeras citas de mi nueva profesión "paciente", hay enfermos y enfermedades.

Al final, por qué le tememos tanto miedo a vivir, por qué tratamos de eludir el dolor, por qué no valoramos los simples y grandiosos momentos en que podemos dar, amar, sentir.  Yo, hoy, le doy las gracias a la vida por la esclerosis múltiple;  les cuento que la redefiní, si juegan con las letras se dan cuenta que la esclerosis multiple esconde que es mi plerosis. Para los que se pregunten qué es plerosis, etimológicamente, viene del griego plerosis "regeneración" y se compone de "pleon" que significa pleno, mucho y "osis" que significa conversión, impulso. Es decir, la esclerosis, ya denominada plerosis es, para mí, un recorderis del impulso que nunca puedo perder por buscar la plenitud, por aprender cada día, por regenerarme cada día, por convertir cada segundo de mi vida en tiempo con sentido.

Que en esta Navidad, ustedes busquen la plenitud, comprometiéndose con el otro, con el amigo, con el que conoces, con el que no conoces, porque al final, todos buscamos la felicidad que a veces se nos muestra escurridiza.  El año se cierra, así que, como los balances en las empresas, los invito a que no sigamos esperando un año más para hacer lo que nos soñamos, para dar lo que somos, para agradecer lo que recibimos sin merecer, para vivir con sentido cada segundo de nuestra existencia. 

Feliz Navidad a todos y espero que el año 2021 nos permita borrar la palabra separación del diccionario y nos permita abrazar, besar a quienes están en nuestro corazón. Que sea la oportunidad para agradecerles a todos sus comentarios, sus palabras de aliento, su compañía. 

¡Cantemos!


"... Dime que me quieres
Dime que me quieres
Que me adoras mas
un año que viene
y otro que se va
un año que viene
y otro que se va


traigo un ramillete
traigo un ramillete
de un lindo rosal
un año que viene
y otro que se va
un año que viene
y otro que se va
vengo del olivo
vengo del olivo
voy pa'l olivar
un año que viene
y otro que se va
un año que viene
y otro que se va..."
CANTARES DE NAVIDAD

21 comentarios:

  1. tu eres mi mayor regalo de Navidad

    ResponderEliminar
  2. Bravo Caro! Una gran lección de optimismo, verraquera, generosidad y amor! Que Dios siga llenándote de salud y todo lo bueno que mereces!

    ResponderEliminar
  3. Excelente texto que me invita a disfrutar cada instante así como viene: en escala de grises o en una paleta de colores. Todo depende de mi. Un año que viene lleno de esperanza. Gracias Caro. Un abrazo con mi corazón

    ResponderEliminar
  4. Caro, una visión muy realista y madura de lo que hemos vivido y de lo que tú has vivido con tu condición de salud. Una visión que mueve nuestras emociones y toca nuestros corazones para encontrar la fortaleza ante situaciones difíciles que creemos somos incapaces de enfrentar. Gracias Caro y que tengas una muy feliz Navidad.
    Susana

    ResponderEliminar
  5. A mi me llegó al alma, este 24 voy a cantar y con tu aliento sueño hacerlo siempre

    ResponderEliminar
  6. Caro caro que reflexion mas hermosa me tocaste el alma , erez ejemplo a seguir de fortaleza y valor y sip con el poder de la mente podemos trasladarnos donde queramos ,podemos oler tocar,abrazar y besar a los cariños mas lejanos,que valor infundes en nuestros corazones,te felicito exelente

    ResponderEliminar
  7. Qué gran enseñanza Caro!!! Eres toda una guerrera y ahora maestra!!! Feliz Navidad, y gracias por darme este momento de felicidad.

    ResponderEliminar
  8. No te conozco, pero tienes el tesoro más valioso en tu corazón que es Dios, el único que nos da la fortaleza en el alma y cuerpo para aceptar con alegría lo que no podemos cambiar y cambiar lo que podemos. Soy amiga de Leonor Gomez de Falquez. Bendiciones por montones🎄🙏🌻

    ResponderEliminar
  9. Caro.que Dios te siga dando esa fortaleza que tienes y que me transmites hoy que llego a mi tu reflexión. Te admiro y te quiero!!!!
    Bendiciones y más bendiciones todas las necesarias.

    ResponderEliminar
  10. Mw identifico plenamente con estas reflexiones. Me encanta lo de "si me considero víctima, le doy el poder a mi alter ego para que cave la tumba aún estando viva". Hace dias, en una charla con otros enfermos de cáncer comenté que mientras no estemos muertos estamos vivos! No hay que cavar la tumba antes de tiempo. En cambio, hay que celebrar cada instante de la vida. Bienvenido sea el 2021!

    ResponderEliminar
  11. Caro. César y yo acabamos de leer tu escrito. Todos los anteriores han sido hermosos, pero este, es un tesoro para guardar en un cofre. Estamos orgullosos de tenerte. Un fuerte abrazo. César y Maryha

    ResponderEliminar
  12. Que belleza de escrito. Gracias por compartir tu lección aprendida. Te mando mil abrazos y todas las fuerzas para que sigas peleando y mirando este reto que estás enfrentando de una manera tan positiva. Y si algún día te sientes menos fuerte, acuérdate de todos los que te queremos y que te estamos haciendo porras desde todos los lados del mundo para que sigas adelante. Besos grandes, Caro.

    ResponderEliminar
  13. Una dura mi Caro, los que vivimos con enfermedades autoinmunes estamos en constante búsqueda del porqué, entre la aceptación, la negación y el miedo, te admiro profundamente y te tengo un cariño inmenso desde el primer momento que te traté, nos volveremos a ver y nos tomaremos un café en medio de una de esas charlas interesantes que se tienen contigo, abrazo querida!

    ResponderEliminar
  14. Agradezco y admiro esa luz brillante que eres, te tengo en el corazón y te abrazo. Gracias por compartir e iluminar.

    ResponderEliminar
  15. Caro que belleza de escrito, leerlo es como abrir un regalo de navidad que esta en el arbolito. Te deseo que sigas con esa fortaleza, luz y esperanza que trasmites con las palabras; te mando un fuerte abrazo desde lejos (Tx) cargado de muchas bendiciones para ti y los tuyos!

    ResponderEliminar
  16. Hermoso y muy edificante. Adelante Caro. A veces pensamos que todo se derrumba pero encontramos que con esas piedras caídas podemos edificar cosas muchísimo mejores. Un abrazo muy fuerte. TQM

    ResponderEliminar
  17. Excelente reflexión Caro!! Gracias por compartirlo !!

    ResponderEliminar
  18. Que interesante reflexión. A reír, bailar y amar. Fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  19. Carolina, hermoso mensaje, y te admiro por ese gran coraje y poder de resiliencia que tienes, y que sirves de ejemplo para todos. Definitivamente lo que marca nuestra vida no es lo que nos sucede, sino como reaccionamos ante lo que nos sucede, es dejar de preguntarnos el por qué para pasar al para qué. Espero que tu luz siga brillando para todos, y que pienses en todo lo que nos aportas cuando tengas momentos de flaquezas. Un gran abrazo.

    ResponderEliminar