Esta cuarentena ha decantado lo que para muchos era obvio, pero que el sistema desenfrenado y su degradación, ha perpetuado. Yo pienso que Colombia, con todos los problemas logísticos e innumerables complejidades, le ha puesto el pecho a los efectos del Covid, creo que hemos sido ortodoxos, en medio de estas circunstancias . En estos momentos en que la humanidad se enfrenta a la muerte diaria de miles de personas, nos preguntamos quiénes son los verdaderos líderes. Los que desinforman con la soberbia de ostentar la información, los que piden perdón por las medidas tomadas, los que deciden tener alocuciones diarias, o son aquellos que reconocen el camino por venir y recurren a la fe y a la unión para seguir adelante.
Para mi líder es aquel ser humano que sortea sus debilidades y flaquezas y que diariamente con sus actos amorosos, nos inspira a aspirar. No será aquel que se vanaglorie con títulos universitarios, ni será un magnate con un emporio. Están a la vuelta de la esquina... puede ser un indigente que aún transido del hambre le entrega un bocado a otro, puede ser una prostituta, puede ser aquel que te ha ofendido. Ser líder no significa ser infalible, todo lo contrario, ser consciente de lo falible que se es, y aprender de los raspones de las caídas. Un líder no necesitar sentarse con su báculo y su corte. Son seres con nombre, pero en búsqueda del anonimato. Renuncian a ser visibles, pero encarnan en esa invisibilidad la bondad al servir. Puede ser una llamada de un líder que te haga soñar, que te haga levantarte temprano, y trabajar por algo, que resultaba a nuestros ojos imposible.
¿Qué tal sin nos volvemos. catapultas? ¿Qué podremos lanzar al universo? ¿Una palabra, un verso, una ilustración, un sabor, un sonido al alba, una ola de silencios al atardecer? Será que al derribar las murallas del enemigo de otro ser humano, le ayudamos a liberar ese castillo de innumerables moradas, cómo nos los describe Santa Teresa de Jesús. ¿Será que el resplandor de esa morada central nos invita a nosotros mismos a lanzarnos al algibe de nuestro interior, y buscar el sosiego en medio del dulzor de sus aguas?
Ahora en que el mundo está plagado de medios de comunicación, utilicémoslos para salirnos de la barahúnda a nuestro alrededor, para dirigir nuestra catapulta hacia el corazón de quien más lo necesite. Seamos líderes silenciosos, y recordemos que "por nuestras obras nos conocerán" ( Mateo 7).
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