Mi salida en Santiago fue bastante sui generis. Estando en sala el hombre que estaba sentado detrás mío en la sala se empezó a contorsionar con un dolor abdominal agudo. Para llegar a saber que era abdominal fue una odisea, era alemán no hablaba nada de español, mientras un venezolano corría a buscar paramédicos yo le dije al hombre que respirara que estuviera tranquilo que lo íbamos a ayudar, el hombre sudaba profusamente y aunque no me entiendiera las palabras, sabía que me comprendía. Cuando se me dio por alzar la voz y decir "algún médico ? Any doctor?" Y aparecieron tres españoles! Todavía estábamos en chino porque el hombre solo indicaba dolor abdominal inferior pero los médicos estaban gringos. Así que volví a levantar la voz y dije " is there anyone who speaks German and spanish?" Aparecieron 3! De esa manera el hombre dijo haberse comido un pescado enlatado....no lo dejaron montarse al avión ! Tenía la presión en el piso y de lo llevaron al hospital ! Qué manera de desperdirme de Santiago !Y para rematar la historia el venezolano terminó conociendo a dos personas de la banca de inversión del banco .. Así qué vuelve a probarse la teoría de los grados de distancia.
Luego llegué a Barcelona luego de un vuelo con una muchachita al lado chillando todo el camino y al otro un peregrino enguayabado con un tufo de aquí a Pekín.. para seguir con la temática de la China. En barcelona tomé un bus para cambiar de terminal y veo a un indio bien vestido luego supuse no venía de la India preguntándole a un negro, seguramente inmigrante africano , dónde debería tomar un tren para la ciudad.. Yo iba enchufada con el iPod desde que la muchachita empezó sus berridos y veo que Babel le estaba jugando una mala pasada. Como de costumbre meto la cucharada y el hombre iba para mi misma estación central así que le dije que lo llevaba.. Para resumirles.. Llegué a Sants y pregunté por la línea que el indio debía tomar y señores 3 hombres de Renfe me dieron instrucciones diferentes.. Seguía en Babel hablando el mismo idioma ! Finalmente logré decirle por donde se debía meter y el hombre mayor,que trabajaba en una planta nuclear en Atlanta, abre su maleta y me saca una pañoleta de seda de la india. Yo le decía que no me tenía que dar nada. Y fue muy especial porque se desprendió sin pensarlo de algo suyo. El servicio como rector de mi vida ! Me sentí bien. Me costó trabajo pero al final el indio encontró su camino !
Es extraño porque al llegar a Barcelona dejaba de ser peregrina de Santiago y me encontraba con otros peregrinos muy aburridos y sin saber que eran peregrinos de la vida. En mi persiste la sensación que el camino me habita, me acompaña, mi voz silente va tatuada por el paisaje español e interior que encontré en cada etapa del camino. Ya no soy sin ser también camino.
Caminar y servir que bella manera de VIVIR
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