No sé si tuvieron la oportunidad de ver en las noticias, que esta semana anunciaban la muerte de Dick Hoyt, quien corrió 32 veces la Maratón de Boston, y 6 Iron Man (la carrera de triatlón más exigente de todas). Pues hasta ahí sonaría como una hazaña loable de un obsesivo compulsivo del ejercicio. Pero esta no es la historia. Dick realizaba todas estas hazañas de resistencia remolcando a su hijo Rick, quien nació con parálisis cerebral, quien no podía hablar y únicamente podía voluntariamente mover las rodillas. Cuadripléjico de nacimiento, a Rick no se le auguraba más que la acuñada frase de "vegetal". Se comunicaron por más de 10 años interpretando el movimiento de sus ojos. En vista de ver la coherencia de sus pensamientos, sus padres fueron a la Universidad de Tufts para que le diseñaran una computadora que pudiera enunciar las frases dictadas por Rick al golpear su cabeza. Un tiempo después lograron empezarse a comunicar a través de la computadora adaptada, y así un día, de la nada, le dice a su papá, ya de 40 años, que quería que juntos corrieran una pequeña carrera de 5 millas, a lo que su papá accedió sin reparo. Así empezó la historia, de un héroe que: adaptó la silla de ruedas de su hijo para poder correr los 42 kms de las maratones; que ubicaba a su hijo en un bote inflable que con una cuerda vinculaba a su cuerpo, mientras nadaba en las triatlones; que adaptó la silla de ruedas que era movilizada con el pedalear sudoroso del padre en sus travesías en bicicletas , y que mientras el padre hacía la transición de disciplina, y no siendo ya de por sí retadoras las pruebas físicas del Iron Man, entre ellas y a contrarreloj el padre se cargaba al hombro al hijo, para ubicarlo en el siguiente dispositivo y así continuar juntos su aventura.
Este hombre de hierro pensarían unos, transpiraba con la única motivación que su hijo volviera a sentir aquello que experimentó luego de culminar la carrera de las 5 millas: "Papá, cuando corro, siento que no soy una persona discapacitada". Este hombre venció los límites del cansancio, venció su propia mente, por brindarle a su hijo la liberación de sentirse preso de un cuerpo inerte. En una entrevista que le hacen luego de terminar una Maratón de Boston y de pulverizar los tiempos, afirma que él no tenía interés alguno de correr solo, que la velocidad que lograban viene de algo que emanaba el cuerpo de su hijo, " el atleta es él".
¡Dibújenmelo, que yo lo coloreo!
Los antiguos alquimistas antes de buscar transmutar metales en oro, debían purificarse, debían transmutar su propia alma. Este padre emprendió un sendero de vencerse a si mismo, vencer su propio cuerpo para que su hijo lograra viendo el movimiento, porque no sé si su cuerpo lo sintiera, pero con seguridad su alma, encontrara la respuesta de que él habitaba su cuerpo, pero que puede ser libre a pesar de él, que su alma lo trasciende todo. No hay sueño imposible. Este padre por amor, como un alquimista se purificó a si mismo para lograr lo impensable, darle la oportunidad a su hijo de que comprendiera que es oro y no escoria, que es precioso en la burda discapacidad, en la quietud, en la dependencia, que es unión en la separación del mundo, que su espíritu no tiene silla de ruedas y que canta sin palabras. Que en su mente podía hacer lo que su papá hacía entregándolo todo por amor: cambiar, esforzarse, no desfallecer, rozar el límite de la locura, crear, reivindicar, motivar, correr, nadar, pedalear, sudar, darle sentido a cada respiración.
Este hombre fue un ejemplo para su hijo, lo dio todo, aniquiló lo imposible, la separación y los límites. Su padre fallece pero, hoy Rick sabe que se puede ser y no ser.
No perdamos la oportunidad de ser un remolcador , como lo fue Dick para su hijo. Su empuje transformó, su empuje sembró, su empuje enseñó. La fuerza del remolcador y del remolcado se unen para transformarse.
Si por el contrario, llega el momento en nuestras vidas que necesitamos de un remolcador porque no sabemos en qué aguas estamos navegando. Confiemos en la pericia del otro y abrámonos a la experiencia de encontrar la belleza suprema en la unión, en el aprendizaje, en el despojarse de lo innecesario para sentir, como Rick, que nace la pureza de la impureza, que hay movimiento en la quietud, que se puede alcanzar la perfecta comprensión en lo incomprehensible, que se puede amar, amarse, amarte.
Un ejemlo de amor para fuertes y debiles de cuerpo o espiritu
ResponderEliminarCaro, no conocía esta historia. Que belleza lo que logra el poder del amor!
ResponderEliminarCaro, no conocía esta faceta tuya de escritora. ¿Será que la Caro que yo había tratado era Dick y la escritora es Rick, que se encontró y logró expresarse por el apoyo de Dick?
ResponderEliminar