lunes, 6 de julio de 2020

Día 105: El agua moja


Richard Phillips es un afroamericano que fue sentenciado a cadena perpetua por un crimen que no cometió. El principal testigo de su caso fue el actual responsable de los hechos. Después de luchar por 46 años en una cárcel, sin posibilidad alguna de salir bajo fianza, el homicida cambia su testimonio y lo exonera de toda responsabilidad. El estado de Michigan le pagó un millón y medio de dólares como resarcimiento, lo que equivale a $ 91 dólares por día. ¿Eso vale un día de vida?

La otra historia conmovedora de sentencias injustas es la de los llamados " los 5 de Central Park". La historia de 5 jóvenes afroamericanos que fueron sentenciados por el homicidio de una mujer caucásica que corría en las inmediaciones del Central Park en Nueva York. Los jóvenes fueron obligados a declararse culpables aún sin que ninguna evidencia los respaldara. Uno de ellos estuvo en una celda en aislamiento por 13 años.  

Richard pintó acuarelas por 46 años para que su corazón no se endureciera, cuando salió enfatiza el reto que fue la adaptación a la libertad. No tenía a nadie, no sabía comprar en un supermercado, y hasta se le había olvidado manejar.  En el caso de "los 5 del Central Park", eran muchachos entre los 14 y 16 años, el uno quería ser trompetista, el otro beisbolista, los otros ni sabían qué vida soñaban. Después de 12 años el estados de Nueva York les hace un pago de 40 millones de dólares. Y en una entrevista que les hace Oprah Winfrey, se puede ver el sabor agridulce, que aún hoy tiene para ellos. El sistema los hizo crecer, los cambió, y en las palabras de uno de ellos "los rompió". 

Estas historias nos invitan a reflexionar en la noción de la justicia, del resarcimiento, pero sobretodo de cómo podemos escalar las pendientes más empinadas. Estas historias son inspiradoras, porque estos seres, a pesar de la injusticia, aman. Richard Phillips, en su entrevista,  nos recuerda que la vida no se trata de evadir los problemas, sino cómo en medio de la tormenta podemos bailar debajo de la lluvia, y sobretodo, digo yo, disfrutar de ese baile.

Hoy, las noticias nos bombardean con el resurgimiento de la peste bubónica, con un nuevo virus porcino, con las mutaciones del Covid, con la desobediencia social y el incremento de muertes y contagios por Covid, en Colombia y en el mundo. Por otro lado los mayores de 70, entutelando al gobierno.  Los líderes fallándole al pueblo. Desempleo con récords históricos de más del 20%, en Colombia. Sobre-endeudamiento de las familias, instados por un sistema para que compren aún sin tener. En fin, si lo miramos así no hay con que hacer un caldo. 

Bailemos al mejor estilo de Hollywood, en la lluvia, disfrutemos de las gotitas tocando nuestro cuerpo, reconociendo "que el agua moja",que nos refresca, juguemos, y sintamos profunda alegría de estar vivos. Aprendamos de estas historias, que la justicia no está en nuestras manos. Somos pésimos impartiendo justicia. Y si el veredicto está en nuestra contra, vivamos el camino, un día a la vez. Y aun si no lo está, y nos sentimos agobiados e intranquilos, seamos conscientes del universo atemporal que habita en nosotros. Volvámonos lluvia para calmar la sed del otro, y recordemos una y otra vez, que el éxito se mide por la forma de afrontar las pruebas y  no por las pruebas en sí. Seamos positivos, y en este momento de vida, agradezcamos que tenemos las puertas abiertas para inundar el mundo de nuestro ser, vasto, eterno, sereno y libre. 


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