Hace ya muchos años que no me lanzo a compartir mis ideas, pero
espero en esta oportunidad desempolvar mi computador y mi capacidad de soñar
para tejer mi sentir. Cuarentena o cuaresma vienen de la misma raíz latina
cuarenta, la una busca separación física la otra busca trabajo interior para transformar
nuestras debilidades, para acercarnos al Dios en nosotros mismos. Me pregunto
si en medio de la cuarentena no podremos todos hacer un compromiso de vernos
desnudos en nuestro confinamiento y en vez de huir de nosotros atiborrándonos de
distracciones, ruido, y diatribas cultivemos el silencio que tanto miedo nos
da. Podremos decidir si queremos dibujar a carboncillo el contorno de nuestras
limitaciones, o si en acuarela nos atrevemos a transgredirlo todo y agregarle
el color que nos nazca. Me resulta una oportunidad única para reflexionar, para
regresar a nuestros dones, para agradecer, para perdonar, para buscar el
retorno a la caverna.
En el seno de nuestros hogares podremos tomar la posición de
hombres encadenados detrás de un muro, y tan sólo a la distancia ver las sombras
proyectadas por objetos, o ser ese hombre que logra liberarse de sus cadenas y comienza
a ascender en la caverna caminando hacia ese fuego enceguecedor. Como
consecuencia de una decisión sale de la caverna y observa directamente los
objetos a los cuales solo veía sus sombras, la belleza del todo en todo se
develó, la conoció, se conoció. Luego este hombre intenta regresar a la caverna
a liberar a los otros prisioneros, y muchos prefirieron quedarse.
Que no seamos esos prisioneros que decidimos quedarnos encadenados
cuando teníamos la posibilidad de ser libres. Nuestra libertad no está cegada
por muros y adobes. Que tengamos la osadía de quien se libera y camina hacia la
luz, aun en medio de la oscuridad y proyecciones aterradoras. Nuestro camino es salir de la cárcel de las
imágenes que hemos construido de nosotros mismos y permitirnos componer una
nueva melodía en la que nuestro ser florezca y se extasíe en plenitud. No hay cuarentena
sin cuaresma. No hay cuaresma sin libertad. La cuarentena es un mito. Reescribámosla.
Tremendo mi Caro Caro, muy de acuerdo contigo, que bella forma de expresar este momento. Gracias de nuevo!
ResponderEliminarVoto por usar las acuarelas y pintar nuestra libertad interior. Y que al final de estos 40 dias de camino compartidos nos reencontremos renovados y mas sabios o, al menos, menos confundidos.
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