En el camino. las cosas más simples iban cargadas de significado. En el afán de la vida, paso de una puerta de abordaje a otra y no me doy ni cuenta quién se sienta a mi lado, si siente dolor o no, si le da miedo el decolaje, o si necesita mi apoyo para el aterrizaje. Al contrario de entonces, hoy voy encerrada en mi mundo y no me doy ni un segundo, para darme cuenta ni quien me habita , o quien he dejado de ser.
Sigue el tiempo pasando, las alemanas ya no aparecen como era de esperarse, aún la canadiense me da vuelta, y yo me siento otra a esa que me fui y a esa que llego del camino. Siento que todo lo vivido en España y todo lo vivido desde que llegue, con grandes encuentros y decisiones, me recuerden que cada paso en la vida, ya sea que la meta, sea el balance de la quietud y la acción, kilómetros o el navegar los océanos, debe llevar toda mi atención.
El Istmo me recuerda que aunque se cambien los océanos, los sueños se hagan realidad y otros se desvanezcan en nuestra ilusión, siempre debemos mantener nuestra bandera hondendo, y con humildad y mucha paciencia , reconocer que siempre hay algo en ese deambular que como el remolque del canal, nos ayuda y nos da fuerza para reconocer que lo que somos y que sí podemos seguir siendo.
Un abrazo
No hay comentarios:
Publicar un comentario