Volé de regreso de Lyon.. Con esos silencios que te sorprenden y nadie ni tu propia mente intenta interrumpirlo. No volé con el silencio... Mi vecino de vuelo no era Diego, sino un niño de 9 años con cáncer, totalmente sin pelo ..viajaba con sus padres y su hermanita.. Yo quedé en la mitad de la dinámica familiar. Los niños montando por primera vez en avión. Esa felicidad de ese niño al despegar... El miedo de su padre.. La burla del niño por el miedo de su padre, la caricia del niño con cáncer al pelo de su hermanita, la burla de su hermanita por su falta de pelo.
Son esos recordatorios que los silencios le deben dar paso a las sonrisas, y que las aerolíneas de bajo costo no tienen sillas reclinables!!
Es el recordatorio que la aventura de que el camino continúa a pie o en avión...
Pero que nuestra historia y aprendizaje nos se queda anclada a ningún lugar ni a ningún tiempo.
Ahora estoy decidiendo que hacer ..
mañana seguirá mi camino .. Y saben que ? No importa a donde me lleve ..
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